El terrorismo patrocinado por Estados Unidos en Iraq y el “caos constructivo” en Oriente Próximo
Iraq vuelve a ser noticia de portada. Y una vez más la imagen que se nos
presenta en los medios dominantes occidentales es una mezcla de medias
verdades, falsedades, desinformación y propaganda. Los medios dominantes no le dirán que Estados Unidos está apoyando a
ambos bandos en el conflicto iraquí. Washington apoya abiertamente al gobierno
chií iraquí al tiempo que de forma encubierta adiestra, arma y financia al
sunní Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés). Apoyar
la entrada de brigadas terroristas a Iraq es un acto de agresión extranjera.
Pero los medios dominantes le dirán que el gobierno de Obama está “preocupado”
por los actos que cometen los terroristas.
El relato favorito en los medios dominantes
estadounidenses y de la mayor parte de Occidente es que la situación actual se
debe a la “retirada” estadounidense que acabó en diciembre de 2011 (en Iraq
permanecen más de 200 soldados y asesores militares estadounidenses). Este
retrato de los hechos en el que la retirada estadounidense es la culpable de la
insurgencia no establece relación alguna entre la invasión estadounidense de
2003 y la ocupación que hubo a continuación. También ignora los escuadrones de
la muerte adiestrados por asesores estadounidenses en Iraq tras la invasión y
que son clave en la situación actual.
Como de costumbre, los medios dominantes no quieren
que usted entienda lo que está sucediendo. Su objetivo es dar forma a
percepciones y opiniones elaborando un punto de vista del mundo que sirve a
intereses poderosos. Por lo que se refiere a Iraq, le dirán que se trata de una
guerra civil.
Lo que se está llevando a cabo es un proceso de
“caos constructivo” urdido por Occidente. La desestabilización de Iraq y su
fragmentación se planearon hace tiempo y forma parte de “la ‘hoja de ruta
militar’ anglo-israelo-estadounidense para Oriente Próximo”, como explicaba
este artículo en 2006:
“[...] Este proyecto, que se había estado fraguando
durante varios años, consiste en crear un campo de inestabilidad, de caos y de
violencia que se extienda desde Líbano, Palestina y Siria a Iraq, el Golfo
Pérsico, Irán y las fronteras del Afganistán que mantiene la OTAN.
Washington y Tel Aviv presentaron públicamente el
proyecto del “Nuevo Oriente Próximo” con la esperanza de que Líbano fuera el
punto de tensión para la reorganización total de Oriente Próximo y de ese modo
desencadenar las fuerzas del “caos constructivo”. Por su parte, este “caos
constructivo” -que genera condiciones de violencia y de guerra en toda la
región- será utilizado para que Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel puedan
retrazar el mapa de Oriente Próximo en función de sus necesidades y objetivos
estratégicos. [...]
Retrazar y desmembrar Oriente Próximo, desde las
orillas mediterráneas orientales de Líbano y Siria hasta Anatolia (Asia Menor),
Arabia, el Golfo Pérsico y la llanura iraní responde a amplios objetivos
económicos, estratégicos y militares que forman parte de una ya antigua agenda
anglo-israelo-estadounidense en la región. [...]
De una guerra más amplia en Oriente Próximo pueden
resultar unas fronteras estratégicamente retrazadas ventajosas para los
intereses anglo-israelo-estadounidenses. [...]
Los intentos de crear intencionadamente animosidad
entre los diferentes grupos étnico-culturales y religiosos de Oriente Próximo
han sido sistemáticos. De hecho, forman parte de una agenda de inteligencia
oculta cuidadosamente diseñada.
Mucho más inquietante, muchos gobiernos de Oriente
Próximo, como el de Arabia Saudí, ayudan a Washington a fomentar divisiones
entre las poblaciones de Oriente Próximo. El objetivo final es debilitar el
movimiento de resistencia contra la ocupación extranjera por medio de la
“estrategia del divide y vencerás” que sirve a los intereses
anglo-israelo-estadounidenses en toda la región.” (Mahdi Darius
Nazemroaya, Plans
for Redrawing the Middle East: The Project for a “New Middle East”, noviembre 2006 [Traducción al castellano, El proyecto de un "Nuevo
Oriente Próximo": Planes de retrazado de Oriente Próximo].
Aunque la estrategia de divide y vencerás no es
nueva, sigue funcionando gracias a las cortinas de humo de los medios.
[Leyenda del mapa: países que gana territorio en
negro, los que lo pierden en rojo y los que permanecen igual en gris.]
Fraguar una guerra civil es la mejor manera de
dividir un país en varios territorios. Funcionó en los Balcanes y está bien
documentado que se utilizaron las tensiones étnicas, y se abusó de ellas, para
destruir Yugoslavia y dividirla en siete entidades diferentes.
A todas luches hoy estamos asistiendo a la
balcanización de Iraq con la ayuda de la herramienta favorita del imperialismo,
esto es, las milicias armadas, a las que se califica de oposición democrática o
de terroristas dependiendo del contexto y del papel que han desempeñado en la
psicología colectiva.
Los medios y gobiernos occidentales no las definen
por quienes son, sino por quién lucha contra ellas. En Siria constituyen una
“oposición legítima, luchadores por la libertad que luchan por la democracia en
contra de una dictadura brutal”, mientras que en Iraq son “terroristas que
luchan contra un gobierno elegido democráticamente y apoyado por Estados Unidos”:
“Como es sabido y está documentado, Estados Unidos
y la OTAN utilizaron en muchos conflictos a entidades afiliadas a Al Qaeda como
‘bazas de inteligencia’ desde el momento de auge de la guerra soviético-afgana.
En Siria los rebeldes de Al Nusrah [Rama siria del ISIS. N. de la t.] y del
ISIS son los soldados de a pie de la alianza militar occidental, que supervisa
y controla el reclutamiento y adiestramiento de las fuerzas paramilitares.
Washington decidió enviar su apoyo (de manera
encubierta) a una entidad terrorista que opera tanto en Siria como en Iraq, y
que tiene bases logísticas en ambos países. El califato sunní del Estado
Islámico de Iraq y de al-Sham coincide un viejo proyecto estadounidense de
dividir tanto Iraq como Siria en tres territorios diferentes: un califato
islamista sunní, un república árabe chií y una república del Kurdistán.
Mientras que el gobierno de Bagdad (un
representante de Estados Unidos) compra armamento moderno a Estados Unidos,
incluidos aviones de combate F16 comprados a Lockheed Martin, la inteligencia
occidental apoya de forma encubierta al Estado Islámico de Iraq y de al-Sham,
que lucha contra las fuerzas del gobierno iraquí. El objetivo es fraguar una
guerra civil en Iraq en la que ambos bandos estén controlados indirectamente
por Estados Unidos y la OTAN.
El escenario es armar y equipar a ambos bandos con
armamento moderno y entonces ‘dejarles luchar’. […]
Bajo la bandera de una guerra civil se está
luchando una guerra de agresión secreta que fundamentalmente contribuye a
destruir aún más todo el país, sus instituciones y su económica. Esta operación
secreta forma parte de un plan de inteligencia, un proceso planificado que
consiste en transformar Iraq en un territorio abierto.
Mientras tanto se lleva a la opinión pública a
creer que lo que está en juego es una confrontación entre chiíes y sunníes.” (Michel Chossudovsky, The
Engineered Destruction and Political Fragmentation of Iraq. Towards the
Creation of a US Sponsored Islamist Caliphate, 14 de junio de 2014)
Antes del inicio de la guerra contra el terrorismo
sabíamos bien que Arabia Saudí era uno de los apoyos principales del terrorismo
islámico. Pero como es un aliado incondicional de Estados Unidos, Arabia Saudí
es la excepción de la regla proclamada por George W. Bush después de los
atentados terroristas del 11 de septiembre: “No haremos distinción alguna entre
quienes cometan estos actos y quienes los protejan”.
El hecho es que siempre hacen esa distinción cuando
se trata de Arabia Saudí. Pero aunque los medios dominantes reconocen su apoyo
al terrorismo, estos medios ignoran el hecho de que Estados Unidos esté
apoyando (indirectamente) a entidades terroristas. Además, los periodistas de
los medios dominantes nunca abordan la razón por la que Estados Unidos no
reacciona ante el apoyo saudí a los terroristas. Los hechos son claros: Estados
Unidos está apoyando el terrorismo a través de aliados como Arabia Saudí y
Qatar. El hecho de que quienes dan forma al discurso en los medios dominantes
no establezcan una relación entre diferentes hechos se debe únicamente a que no
quieren hacerlo.
En Oriente Próximo, Arabia Saudí sirve tanto a los
intereses estadounidenses como a los suyos propios. La alianza de Estados
Unidos con Arabia Saudí muestra el desprecio que Estados Unidos en realidad
tiene por la democracia. Solo esta alianza indica claramente que el objetivo de
la invasión estadounidense de Iraq no era llevar la democracia y la libertad a
los iraquíes. Para Arabia Saudí, un Iraq democrático hubiera sido una pesadilla
y una amenaza para su represivo régimen monárquico:
“Desde el derrocamiento del régimen de Saddam en
2003, el régimen saudí ha sido rotundamente hostil a Iraq. Este se debe
fundamentalmente a su profundamente arraigado miedo a que el éxito de la
democracia en Iraq sin lugar a dudas inspirara a su propio pueblo. Otra razón
es el profundamente arraigado odio a lo chií que siente la extremista clase
dirigente religiosa wahhabí salafista de Arabia Saudí. El régimen saudí también
acusa a Maliki de dar carta blanca a Irán para aumentar de manera exponencial
su influencia sobre Iraq. El régimen no oculta que su prioridad absoluta es
minar gravemente lo que considera una extremadamente peligrosa aunque creciente
influencia iraní.
A pesar de que el régimen saudí se oponía
vehementemente a la retirada estadounidense de Iraq, sin embargo en diciembre
de 2011 Siria se convirtió en vez de Iraq en el principal objetivo de Arabia
Saudí para el cambio de régimen. El régimen saudí siempre ha considerado al
régimen sirio de Bashar Al Assad un insustituible aliado estratégico de su
enemigo principal, Irán. Los saudíes se precipitaron a apoyar a los insurgentes
armados desplegando sus servicios de inteligencia, cuyo papel fundamental en el
establecimiento del Frente Al Nusra puso de relieve una revista de inteligencia
publicada en París en enero de 2013. El régimen saudí también utilizó su enorme
influencia no solo sobre los líderes tribales sunníes en el oeste de Iraq, sino
también sobre los miembros saudíes del Al Qaeda en Iraq (AQI) y los convenció
de que su principal campo de batalla debía ser Siria y que su fin último tenía
que ser derrocar al régimen alawuita de Bashar Al Assad ya que su derrocamiento
rompería el eje del gobierno iraquí dirigido por chiíes e inevitablemente
disminuiría la influencia iraní sobre Iraq.” (Zayd Alisa, Resurgence
of Al Qaeda in Iraq, Fuelled by Saudi Arabia, 3 de marzo de 2014)
De Paul Bremer a John Negroponte
Pero la pieza más importante del rompecabezas
iraquí es el apoyo encubierto de Washington a los terroristas. Para entender
mejor la violencia sectaria que asola el país actualmente, tenemos que entender
lo que Estados Unidos estuvo haciendo durante la ocupación. Paul Bremer, autor
de My year in Iraq, the Struggle to Build a Future of Hope [Mi
año en Iraq, la lucha para construir un futuro de esperanza], desempeñó un
papel fundamental cuando fue Gobernador Civil de Iraq en 2003 y 2004. Cuando se
ve lo que hizo durante aquel año habría que preguntarse para quién era un futuro
lleno de esperanza. Sin lugar a dudas, no para los y las iraquíes:
“Cuando Paul Bremer disolvió la seguridad nacional
y las fuerzas de policía iraquíes, formó otras con mercenarios y milicias
sectarias que apoyaban la ocupación. En realidad, el motivo principal de las
muertes de la violencia sectaria los años 2006 y 2007 fueron los espantosos
crímenes cometidos por estas fuerzas.
Según los Protocolos de la Convención de Ginebra,
la ocupación representada por Bremer no solo no cumplió con su deber de proteger
a la población del país ocupado, sino que oficialmente formó milicias y bandas
armadas para ayudarle a controlar el país.
Paul Bremer cometió crímenes contra la humanidad y
un acto de limpieza [étnica] y de genocidio en Iraq al atacar a miles de
civiles inocentes por medio del ministerio del Interior y los comandos de
fuerzas especiales.” (Prof. Souad N. Al-Azzawi, US Sponsored
Commandos Responsible for Abducting, Torturing and Killing Iraqis. The Role of Paul Bremer, 4 de enero de 2014)
En 2004-2005, el embajador estadounidense
John Negroponte continuó el trabajo de Bremer. Con su
experiencia en aplastar a la disidencia en América [Central] con la ayuda de
los sangrientos escuadrones de la muerte en la década de 1980, Negroponte era
“el hombre indicado para la tarea” en Iraq:
“Los escuadrones de la muerte patrocinados por
Estados Unidos fueron reclutados en Iraq a partir de 2004-2005 en una
iniciativa lanzada bajo la dirección del embajador de Estados Unidos John
Negroponte, que fue enviado a Bagdad por el Departamento de Estado de Estados
Unidos en junio de 2004.
Negroponte era el “hombre indicado” para esa tarea.
Como embajador de Estados Unidos en Honduras de 1981 a 1985, Negroponte
desempeñó un papel clave en el apoyo y la supervisión de la Contra nicaragüense
basada en Honduras, así como en la supervisión de las actividades de los
escuadrones de la muerte militares hondureños. [...]
En enero
de 2005, el Pentágono confirmó que estaba considerando:
“la formación de escuadrones de asesinos de
combatientes kurdos y chiíes para atacar a dirigentes de la insurgencia iraquí
[Resistencia] en un giro estratégico copiado de la lucha estadounidense contra
guerrillas izquierdistas en Centroamérica hace 20 años” .
Bajo la así llamada “Opción El Salvador”, fuerzas
iraquíes y estadounidenses fueron enviadas para matar o secuestrar a dirigentes
de la insurgencia, incluso en Siria, donde se piensa que algunos se refugiaron.
[…]
Los escuadrones serían controvertidos y
probablemente secretos.
Aunque el objetivo declarado de la “Opción Salvador
en Iraq” era “eliminar a la insurgencia”, en la práctica las brigadas
terroristas patrocinadas por Estados Unidos estaban involucradas en los
asesinatos rutinarios de civiles a fin de fomentar la violencia sectaria. Por
su parte, la CIA y MI6 estaban supervisando unidades de “Al Qaeda en Iraq”
involucradas en asesinatos selectivos dirigidos contra la población chií. Es
importante señalar que los escuadrones de la muerte estaban integrados y
asesorados por Fuerzas Especiales de Estados Unidos encubiertas.” (Prof Michel
Chossudovsky, Terrorism
with a “Human Face”: The History of America’s Death Squads, 4 de enero de 2013, [Traducción a l castellano, “Terrorismo con “cara humana”: La
historia de los escuadrones de la muerte de EE.UU.”].
Ahora se nos dice que el ISIS ha logrado hacerse
con sofisticadas armas elaboradas en Estados Unidos. No hay que confundirse,
estas armas no llegaron ahí por casualidad. Estados Unidos sabía perfectamente
lo que hacía cuando armó y financió a la “oposición” en Libia y Siria. Lo que
hacía no era insensato. Sabía qué iba a ocurrir y eso era lo que quería.
Algunos medios progresistas hablaron de le había salido el tiro por la culata,
cuando una acción de inteligencia va en contra de sus patrocinadores. No hay
nada de eso. Si es lo que es, es un “tiro por la culata” cuidadosamente
planificado.
La política exterior estadounidense, ¿fallida, estúpida o diabólica?
Algunas personas afirmarán que la política exterior
estadounidense en Oriente Próximo es una política “fallida”, que los políticos
son “estúpidos”. No es un fracaso y no son estúpidos. Eso es lo que quieren que
usted crea porque creen que usted es estúpido.
Lo que ocurre ahora se planificó hace mucho tiempo.
La verdad es que la política exterior estadounidense es diabólica, brutalmente represiva,
criminal y no democrática. Y la única manera de salir de este sangriento caos
es “volver a la ley”:
“Solo hay un antídoto para la “guerra civil” que
divide Iraq y es una volver a la ley e invocar justicia. La guerra emprendida
por los dirigentes del gobierno en 2003 contra el pueblo de Iraq no fue un
error, fue un crimen. Y había que llevar a esos dirigentes ante la justicia por
las decisiones que tomaron.” (Inder Comar, Iraq: The US
Sponsored Sectarian “Civil War” is a “War of Aggression”, The “Supreme
International Crime”, 18 de junio de 2014)
http://www.globalresearch.ca/el-terrorismo-patrocinado-por-estados-unidos-en-iraq-y-el-caos-constructivo-en-oriente-proximo/5388686
Selección de artículos
Los siguientes artículos de Global Research
proporcionan una valoración detallada de los recientes acontecimientos en Iraq.
También señalamos a nuestros lectores Global Research’s Iraq Report,
que contiene un extenso archivo de artículos compuesto por más de mil
artículos.
The
Engineered Destruction and Political Fragmentation of Iraq. Towards the
Creation of a US Sponsored Islamist Caliphate, Michel Chossudovsky,
Plans for Redrawing the Middle
East: The Project for a “New Middle East”, Mahdi Darius Nazemroaya, [traducción al castellano, El proyecto de un "Nuevo
Oriente Próximo": Planes de retrazado de Oriente Próximo].
Terrorism with a “Human Face”: The
History of America’s Death Squads, Michel Chossudovsky, [traducción al castellano, “Terrorismo con “cara humana”: La
historia de los escuadrones de la muerte de EE.UU.”],
American
Imperialism and Non-Conventional Warfare in Iraq: Premeditated Covert
Operations and the ISIS Insurgency, Phil Greaves,
Iraq: ISIS
Terrorists Target Native Assyrian Christians in Nineveh, The Assyrian American Association,
The Islamic
State of Iraq and the Levant (ISIS): An Instrument of the Western Military
Alliance, Michel
Chossudovsky,
US Sponsored
Commandos Responsible for Abducting, Torturing and Killing Iraqis. The Role of
Paul Bremer, Prof Souad N.
Al-Azzawi,
Iraq: The US
Sponsored Sectarian “Civil War” is a “War of Aggression”, The “Supreme
International Crime”, Inder Comar,